Big data campañas electorales

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Datos de campañas políticas

Profesor de Derecho, Tecnología y Derechos de Propiedad Intelectual en la Facultad de Derecho de FGV, IBMEC y la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-Rio) Presidente del Instituto Nacional de Protección de Datos de Brasil. Becario de la EIZ para la Política Global de Innovación, Digitalización e Inteligencia Artificial.

El uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en diversos sectores de la sociedad ha permitido la recogida y el análisis de datos a gran escala. El uso de Big Data en las campañas electorales también influye en los procesos democráticos.

Las tecnologías digitales influyen ahora en casi todos los aspectos de la comunicación e interacción humanas. La comunicación política no es una excepción. Hoy en día, Internet tiene una importancia fundamental para la política y los partidos políticos. Al mismo tiempo, sin embargo, las oportunidades que ofrece el uso de las tecnologías digitales también van acompañadas de riesgos. Muchos partidos políticos, por ejemplo, no están preparados ni son lo suficientemente conscientes para cumplir con la normativa de protección de datos personales, aunque el tratamiento adecuado de los mismos debería ser obligatorio.

Encuesta de big data en las elecciones presidenciales

En un mundo cada vez más concienciado políticamente, la analítica de big data es la baza que tienen la mayoría de las organizaciones y movimientos a la hora de planificar estrategias electorales. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, y la analítica de datos es una poderosa herramienta que puede aprovecharse para obtener una gran cantidad de beneficios.

Estamos viendo cómo los políticos utilizan el análisis de big data para optimizar sus campañas. Por ejemplo, los expertos y los periodistas han acuñado la campaña de Trump como una “máquina de datos” impulsada por la IA capaz de influir en los votantes, lo que demuestra el poder de los datos y los sistemas de análisis.

La idea de utilizar datos en las elecciones no es nueva. Por ejemplo, la administración Kennedy utilizó la “máquina del pueblo” con gran éxito. Fue, en su momento, el mayor proyecto de este tipo jamás realizado y supuso el uso de datos masivos décadas antes de que el “análisis de grandes datos” se convirtiera en una palabra de moda.

Fue en esa época cuando se empezó a utilizar la simulación informática, la detección de patrones y la predicción para las campañas electorales. Los datos de las encuestas de opinión procedentes de los archivos de los encuestadores George Gallup y Elmo Roper crearon un modelo del electorado estadounidense. La información recopilada fue fundamental para crear estrategias pertinentes y garantizar la obtención de esos votos. Esto se vio incluso más atrás en nuestra historia, cuando se recogieron datos para comprender mejor a las masas.

Análisis de datos de los votantes

Las campañas basadas en datos se han convertido en una característica de las campañas políticas de todo el mundo. Cada vez hay más pruebas de que los responsables de las campañas políticas, tanto de élite como de base, creen que los datos son importantes para el éxito electoral. Esta creencia está teniendo importantes consecuencias en la forma en que se realizan las campañas políticas. Sin embargo, en la práctica, las campañas basadas en datos no adoptan una única forma y existen prácticas muy diferentes en el modo en que se utilizan los datos. Estas variaciones son importantes porque tienen diferentes implicaciones democráticas. Mientras que algunos usos de los datos pueden considerarse permisibles, otros pueden plantear problemas democráticos.

Este artículo arroja luz sobre la diversidad de las diferentes prácticas de uso de datos que se manifiestan en las campañas, ofreciendo una explicación teórica de las diferentes maneras en que se pueden utilizar los datos. Analizando tres factores que caracterizan las actividades de los responsables de las campañas políticas, este artículo demuestra las variaciones en cuanto a quién utiliza los datos en las campañas, cuáles son las fuentes de datos de las campañas y cómo los datos informan la comunicación. Revisando el panorama de las campañas basadas en datos dentro de los partidos políticos, y basándose en un extenso análisis del caso del Reino Unido, este artículo presenta categorías que pueden ser utilizadas para mapear la práctica de las campañas e identificar las actividades a las que los reguladores pueden querer responder.

Encuesta sobre grandes datos en las elecciones de 2020

Esta era la afirmación central de una reciente columna de Chuck Todd y Carrie Dann de la NBC. El argumento es bastante simple: La política “se rompió” porque el sistema está paralizado por la polarización, y está paralizado por la polarización porque la tecnología y los datos demográficos han hecho más fácil (y menos arriesgado) que las campañas se dirijan a su base en lugar de apelar a una amplia franja de votantes.

Los macrodatos -definidos por Todd y Dann como una “combinación de poder tecnológico masivo e información infinitamente detallada sobre los votantes”- han cambiado ciertamente la forma de llevar a cabo las campañas. Al igual que las empresas, las campañas saben ahora mucho más que antes sobre sus electores: qué leen, qué películas ven, qué programas ven, dónde compran, qué productos compran.

Esto permite a las campañas identificar a sus votantes más probables y dirigirse a ellos con anuncios y contenidos favorables. El resultado, cada vez más, es que los candidatos sólo hablan con los votantes dispuestos a estar de acuerdo con ellos, en lugar de persuadir a los que no lo están.

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